Es lo que tienen los "Encuentros" (¡qué nombre tan logrado!) Pues sí, la gente se encuentra. Y así ocurrió. Sin esperárnoslo. Los dos estábamos participando en el Encuentro Práctico en París. Al terminar mi taller, se me acercó un joven profesor y me saludó, presentándose. Era... ¡Manuel Rastrero! ("Sin permiso", Nueva Caledonia) ¡Fantástico!
Solo nos conocíamos virtualmente, sabíamos nuestros nombres y apellidos, detalles de nuestras vidas, porque están narradas en el libro que compartimos; también, vagamente, el lugar en que vivimos... nada más.
Desvirtualizarnos así, sin esperarlo, fue una sorpresa y una alegría. No tuvimos demasiado tiempo para charlar todo lo que, al menos yo, hubiera querido; pero sí tuvimos tiempo para unas risas, unos abrazos, unas fotos, y un pequeño vídeo con nuestro brindis, para todos vosotros:
¡Ojalá haya más encuentros, y, al final, nos conozcamos todos, de carne y hueso!
Bonito encuentro, sí señor!
ResponderEliminarTú que lo cuentas todo muy bien y con contagioso entusiasmo. A ver si nos vemos este verano algún día.
ResponderEliminarBesos,