lunes, 28 de octubre de 2013

PRESENTACIÓN EN BRASIL - PORTO ALEGRE - RS

GRACIAS A ANTONIO DORMAL y A LOS COMPAÑEROS DE LA EDITORIAL SBS-SGEL EN PORTO ALEGRE Y... A LOS PROFESORES JUANMA Y MARÍA DEL I. C. DE POA.
El Cónsul General de España en Porto Alegre don José Pablo Alzina de Aguilar y el Director del Instituto Cervantes de Porto Alegre don Óscar Pujol, también prestigiaron la presentación de nuestro libro en el evento realizado por la editorial hispano-brasileña SBS - SGEL. Muchísimas gracias por el apoyo para realizar la SEGUNDA EDICIÓN AUSTRAL.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO  “EL ESPAÑOL EN LA MALETA”       
Porto Alegre 22 de octubre del 2013

Estimados amigos y amigas:

Me alegra muchísimo estar hoy aquí, en el querido Instituto Cervantes de Porto Alegre,  participando  de este acto organizado por la editorial española SGEL y su filial en Brasil, SBS.

 A finales del año 2011, el mismo año de la publicación de este libro “El español en la maleta”, se programó la presentación por parte del anterior director de esta institución (I.C.), don Álvaro Martínez-Cachero Laseca (retrasada por problemas de distribución del libro en Brasil) y, ahora, en el 2013, este acto se puede hacer realidad por el convite del actual director, don Óscar Pujol y por la nueva distribución por parte de la editora SGEL-SBS. Tanto a ellos, como a los compañeros profesores María Bedoya y Juan Manuel Real del I.C. de POA, a la profesora Cristina Corral Esteve del I.C. de Recife, a los amigos del Consulado de España en POA, a la Consejería de Educación en Brasilia y al jefe comercial de SEGEL en Brasil, Antonio Dormal, que va a apoyar su distribución y venta en Brasil, y al Excelentísimo señor don José Pablo Alzina de Aguilar, Cónsul general de España en Porto Alegre, (que tan buena acogida dio a nuestro libro y que hoy lo prestigia con su presencia este evento) les doy, en mi nombre y en el de todos mis compañeros, gracias de todo corazón.

La presentación de hoy está orientada a explicarles a todos ustedes detalles de un libro gestado en el ciberespacio (tal vez por ello tenga un toque casi divino) pero que se materializa en nuestras manos de forma real, como si fuera o fuese el primer libro publicado en el mundo. Esta es mi impresión y la de muchos de los autores que, por persistencia o pura casualidad, tenemos la suerte de participar de este proyecto tan especial, tan mágico, tan personal y hecho, además, en equipo. Hicimos un libro en grupo pero en el que cada uno de nosotros decía, dice, cosas muy especiales, muy personales. El paso del ciberespacio al mundo real es algo parecido o tiene algo que ver con el tránsito del mundo real  al mundo literario y viceversa. Ya nos lo advertía en 1927 don José Ortega y Gasset cuando en su prólogo para franceses, en ‘La rebelión de las masas’, nos comentaba nuestro ilustre filósofo que ‘la obra de caridad más propia de nuestro (su) tiempo hubiese sido no publicar libros superfluos’[1]. Sin duda, todos nosotros pensamos, lógicamente, que este ejemplar es especial y que sí merece la pena que sea publicado. También nos decía Ortega que ‘el libro debería traer un diálogo latente en el que el autor imaginaría al lector y este lo percibiría como si una mano ectoplásmica lo acariciase o le diese un  puñetazo’[2]. Sin duda nosotros no aspiramos llegar a tanto, (ya que hablar de plasma, en el 27, sí que tiene mérito) tan solo nos valdría con que este libro  provocase una reflexión sobre nuestra profesión, sobre la situación de muchos profesores que, a título individual, en instituciones españolas o extranjeras, están trabajando con el idioma español fuera de España. Nos bastaría con que  se generase una política seria a favor del colectivo de profesores, por parte de las instituciones de enseñanza y de la administración.

No por casualidad decía Lázaro de Tormes, también en su prólogo, cositas como esta que yo mismo suscribo: “Me han ocurrido cosas muy extraordinarias, y quizá nunca se han oído ni visto anteriormente. Quiero que la gente las conozca y que no se entierren en el olvido. Podría ser que alguno que las lea encuentre en ellas algo que le agrade”[3]. Y, efectivamente, creo que es algo que compartimos todos los autores, en los treinta países desde donde escribimos; cada uno de nuestro padre y de nuestra madre; con nuestras diferentes visiones sobre la vida, sobre la política, sobre la religión; con el nexo común de ser profesores de español, de España y trabajando en el extranjero; compartimos la sensación de estar viviendo una aventura profesional.

También continúa diciendo nuestro lazarillo que “(…) los escritores no escriben para ellos mismos. Lo hacen con mucho trabajo y quieren tener su recompensa, no con dinero, si no con la admiración del sus lectores”[4]. Y es verdad, aunque la mayor parte de los profesores de este proyecto no se reconoce como escritor o escritora, la participación de todos fue como una forma de mostrarnos, de señalarnos dentro de un grupo disperso, para escapar de una soledad que, en los lejanos y diferentes puntos del mapamundi de nuestra diáspora, nos acompañaba (nos acompaña) a todos. En Brasil estos párrafos se podían ahorrar con el uso de una sola palabra: saudade.

Cuando hace más de tres años la generosa y polifacética profesora de Atenas, Leonor Quintana, me convidó a hacer un relato para representar (de alguna manera) a los profesores de Brasil, me sentí muy orgulloso y contento. Ella me había incentivado anteriormente a publicar algunos de mis cuentecillos (El pescaíto frito, La hormiga colorá, El lancero negro, Carolina etc) en las páginas virtuales del grupo TodoEle y me dijo que este proyecto del libro estaba en el aire. Después, también a distancia, Rafael Robles, el padre de la idea, Matilde Martínez coeditora-autora y otros colegas generamos debates y más debates, grupos de trabajo, grupos de selección y corrección de los textos enviados… hasta encontrar a la editora catalana Esquema Ediciones que, con su responsable Jaime Corpas, confió en el proyecto y lo hizo realidad. Para ello, firmamos contratos comerciales cediendo todos los derechos, de unos posibles y supuestos beneficios,  a una ONG haitiana llamada ‘Onè Respe’ que solo verán un duro real o un real duro (tanto monta…) si se consigue materializar una segunda edición. Este es mi objetivo hoy, ‘terminar la faena’ y darle un nuevo empujón al proceso para generar esta nueva edición brasileña del libro.

Tengo la impresión de que los profesores de español representamos un colectivo muy heterogéneo pero que difunde la lengua y cultura española por donde va y, de alguna manera, a veces  se juega la vida. Digo esto coincidiendo, en esencia, con lo que nos contaba Don Gregorio Salvador en su discurso de bienvenida a Pérez-Reverte como académico de la Real Academia de la Lengua Española, hablando de la temática general de la obra del genial novelista español: ‘Soldados perdidos en territorio enemigo, sin retaguardia que los proteja, es un tema recurrente en sus relatos, porque esa es la gran metáfora de la vida para Arturo Pérez-Reverte. El hombre no es más que eso: un soldado perdido en territorio hostil’[5]. Tal vez parezca que dramatizo demasiado pero a veces, en Brasil, sin poder expresar en portugués todo lo que sentía en español y, tal vez, con dos caipirinhas de más... creía que la vida se me escapaba. En otros países la cuestión cultural también es determinante, incluso más compleja, y, por ello, animo a todos a que compren este libro, a que lean las experiencias de todos estos profesores que trabajan en países lejanos. ¿Tú sabes cómo se trabaja con la lengua española en China, en Japón, en Alemania, en Grecia, en Estados Unidos, en Bangladesh….?  Pues comprando este libro seguro que te haces una ligera idea.

Explicaba don Arturo la razón para escribir  sus novelas, ambientadas en el siglo de oro, de la siguiente manera: (…) empecé una serie de novelas históricas ambientadas en el siglo XVII, con intención de explicar, a la generación de mi hija, la España en la que hoy vivimos. Somos lo que somos porque, para bien o para mal (a menudo más para mal que para bien), fuimos lo que fuimos.[6] Desde la más sincera humildad y cambiando la espada del capitán Alatriste por la pluma, creo que todos los que participamos de estas historias, que guardamos en “una o varias maletas”, tenemos como objetivo algo similar, explicar lo que somos en este nuevo y complejo tercer milenio, con estos nuevos retos del siglo XXI, donde los satélites, los teléfonos celulares con GPS, con cámaras, con acceso al banco sin ir al banco, con wi-fis, con blutues, con todo y de todo… conviven con el hambre y con la miseria de  gente real que te necesita pero no te tiene a mano. Esta es la gran paradoja de este proyecto de ‘El español en la maleta’… una idea forjada en el ámbito virtual que pretende ser real en la isla de ‘La española’, en Haití. Una idea que quiere convidar a un par o a un grupo de hermanos caribeños de la ONG ’One Respe’ a un bocadillo (real) de jamón[7]. Si España lo está pasando mal, parece que en Haití nunca lo pasaron bien…  y ser solidario en tiempos de crisis puede ser un remedio para todos; Leer este libro debe ser, además, una ocasión para pasar un buen rato de lectura.

Y para terminar, como una muestra más de las sensaciones de un español en Pelotas (sabía y sé que este titulillo  suena gracioso en español) y como un ejemplo de las impresiones de este gaúcho ibérico que os habla ahora en Rio Grande do Sul, en Brasil, voy a leeros un relato corto, premiado y des-premiado por el Instituto Cervantes en Brasil. Se titula “Las manos de Cristo” y  participó de un concurso nacional de cuentos cortos del Instituto Cervantes de Brasil en el 2010 que contaba entre sus bases con la de que “cualquier” estudiante de español podría participar en el mismo. Yo, en aquel momento, era estudiante de español en la Universidad Federal de Pelotas y creía que era “un cualquiera” pero no. Cuando supieron en Brasilia (yo mismo lo conté) que, además, era de Granada, de España, ese primer premio se quedó en nada. Hoy, por lo menos, va a ser utilizado para terminar esta presentación de este  libro tan especial, “El español en la maleta”.

Gracias a todos por asistir a este acto y apoyar la, posible,  segunda edición (brasileña).

          Juan-Carlos  Lozano Guzmán       
  Pelotas 12 de octubre de 2013    Día de la Hispanidad

  

Las manos de Cristo 

Alcides me lo regaló sin venir a cuento. Era una pequeña figura de cuarzo blanco del Cristo Redentor. Después de su viaje a Río de Janeiro, mi amigo carioca tuvo ese detalle que agradezco y, aunque no soy muy devoto de vírgenes ni de santos, mi pasado como monaguillo a veces me traiciona, por eso, creo, lo coloqué en mi mesita de noche. Entre botes de pomada, pastillas para los dolores de espalda, un tomo actualizado del glorioso hidalgo cabalgando junto a Rodrigo de Vivar y otro libro que lleva galeones españoles de la mar a la selva de Macondo, el flexo, el radio-despertador… Lo dejé con sus brazos abiertos, como queriéndonos dar un abrazo a todos, todos.

Por la mañana no sé qué pasó pero lo encontré en el suelo. Quizás fuese Mari-flor, nuestra gata o, tal vez, yo mismo, en unos de esos torpes intentos por localizar la botella de agua para tragarme algún mal sueño, quien lo tiró de su pedestal. Lo recogí sin más y volví a dejarlo en su lugar. Después, las noticias matinales de los últimos desastres, de las inundaciones con centenares de muertos por las avalanchas y las lluvias, tiñeron de nuevo nuestro día de luto  sumándose al catálogo interminable de problemas cotidianos como la pobreza, los niños abandonados, los accidentes de tránsito, las drogas, el crimen organizado, la violencia, la corrupción...

Al levantarme de la cama y buscar las chanclas noté dos pequeñas manchas blancas en el suelo... las recogí  y, enseguida, vi que eran sus manos que parecían decirme de forma cruda y dura: ¡No hay remedio, yo no puedo hacer más nada!

                                                                                                           J.Carlos Grey



[1] Citas  del Prologo para franceses – La rebelión de las masas – Ortega y Gasset (Pinto, Madrid, 2002)
[2] Cita2 del Prólogo par franceses – La rebelión de las masas -1927
[3] Citación de Lázaro de Tormes en su prólogo.
[4] Citación de Lázaro de Tormes en el prólogo.
[5] Discurso de bien-venida a la RAE de D. Gregorio Salvador para D. Arturo Pérez Reverte
[6]Discurso de ingreso en la RAE de Don Arturo Pérez Reverte

[7] El jamón, a través del vídeo del califa, fue un punto determinante para hacer avanzar el proyecto
No estaba solo, Rafael Robles, Leonor Quintana y Matilde me acompañaron en Brasil, gracias.
 

3 comentarios:

  1. ¡Bien, Juan Carlos!
    ¡Otro abrazo!

    Matilde

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